El Verdadero Significado de la Navidad
La Navidad es una fecha especial próxima a ser celebrada, fecha para compartir con la familia, amistades, y vecinos cercanos, fecha de amor y regocijo para desear lo mejor a nuestros seres queridos.
Una fecha tan recordada y celebrada en todos los lugares del mundo, día especial, tiempo de meditación, reflexión y agradecimiento. Es bueno sugerir que en esta época navideña de preparación, seamos más conscientes, más humanos y crezcamos como personas para desarrollar grandes proyectos y la compartamos en comunidad por el bienestar de todos, sin olvidar de aplicar la regla de oro “El amor.”
Que nunca te falte el amor, el gozo, la paz, la paciencia, benignidad, bondad y fe para todo lo que emprendas y compartas; en el proceso de materialización de tus sueños ten entusiasmo, ten alegría, ten fe, ten esperanza y ten amor, ama tus sueños y ama a tu prójimo.
Es importante tener una meta definida, clara, real, la perseverancia es el ingrediente principal en el éxito de los grandes hombres y mujeres de negocios.
Y no olvidemos aplicar las enseñanzas de nuestro tutor, nuestro Mesías Jesucristo, que es una luz que debemos abrir en nuestros hogares y permitir su guianza para que nos alumbre el camino cada día.
Recordemos que una persona que cuenta con la presencia de Dios en cada momento y que puede captarla, tiene lo más grande que un ser humano pueda recibir, eso es más que una luz física, es la Luz de Dios en nuestras almas. Dios solo resplandece Su rostro sobre aquellos de quienes Él tiene misericordia, y poder contar con ella es una seguridad, pues sin la misericordia de Dios estaríamos perdidos, a esos el Señor bendice, guarda, cuida y aún más les da la paz, son bienaventurados.
Durante esta época, recordamos el relato del nacimiento del Salvador.
Navidad es el nacimiento o natividad de Cristo. Y así como Cristo nació en Belén de Judea, en un pesebre, debe nacer en el pesebre del corazón de cada ser humano, ser recibido ahí, Cristo el Hijo de Dios en su Venida, al corazón y al alma de la persona, como Cordero de Dios.
Y sintamos gratitud sincera por Su vida, Sus enseñanzas y Su sacrificio de salvación por nosotros.
¡Que el amor de Dios llene de felicidad y bendición a vuestros hogares..!