OS LUSÍADAS Luís de Camoés (Canto Sesto LXVI a LXX)
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LXVI
«Gastar palabras en contar estremos
De fieros golpes, crudas estocadas,
Es de esos que del tiempo conocemos
Gastadores, en fábulas soñadas:
Basta por fin del caso que espliquemos
Que con proezas grandes e variadas,
Quedó por nos la palma y la victoria,
Y triunfantes las damas, y con gloria.
LXVII
«Junta el Duque á los doce vencedores
En sus salas, con fiestas y alegría:
Cocineros emplea y cazadores,
De las damas la hermosa compañía,
Para dar á sus nobles salvadores
Banquetes mil, cada hora, y cada día,
Mientras parar los doce en Inglaterra
Puedan, ausentes de su dulce tierra.
LXVIII
«Mas dicen que con todo el buen Magricio
Codicioso de ver las cosas grandes,
Apartóse y fue á dar donde un servicio
Notable á la Condesa hizo de Flandes;
Y como quien no es ya ningun novicio,
Mavorte, en todo asunto en que tú mandes,
Mató en campo un francés, que en mal destino
Tuvo allí de Torcuato y de Corvino.
LXIX
«De los doce también en Alemaña
Uno tuvo furioso desafío,
Con un germano astuto, que con maña
Quiso burlar su honor, con fraude impío.»
Esto cuenta Velloso; y la compaña
Le pide que no deje en tal desvío
A Magricio y Condesa, ni tampoco
Al que venció al Germano estime en poco.
LXX
Mas cuando están la historia ya aguardando,
Vea aquí que el Mestre, que en sus artes anda,
Toca el pito; y se agitan despertando
Los marinos de la una y la otra banda;
Y porque viene el viento refrescando,
Los rizos de la gavia coger manda;
Y dice: «Alerta estad que el viento crece
De aquella negra nube que aparece.»
