OS LUSÍADAS Luís de Camoés (Canto Quinto LXVI a LXX)
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LXVI.
«Fuimos de aquí sulcando muchos días,
Entre tormentas tristes y bonanzas,
Al ancho mar abriendo nuevas vías,
Solo llevados de arduas esperanzas:
Luchas tuvimos con las ondas frías;
Que como todo en ellas son mudanzas,
Allí corriente hallamos tan pujante,
Que pasar nos costó más adelante.
LXVII.
«Era mayor la fuerza en demasía,
Según que para atrás nos empujaba,
Del mar, que contra nos allí corría,
Que la del viento que por nos soplaba:
Noto, que airado está de la porfía
Que con el mar parece sustentaba,
Esfuerza su soplar furiosamente,
Con que vencer nos hace la corriente.
LXVIII.
«Traía el sol el día celebrado,
En que tres reyes desde el rojo Oriente
Van a buscar un Rey de corto estado,
En quien tres forman uno solamente:
En tal luz otro puerto fue tomado
Por nos de aquella misma negra gente,
En ancho río, al cual el nombre puse
Del día en que a su playa a entrar dispuse.
LXIX.
«De ese pueblo vituallas adquirimos,
Y agua fresca del río: mas no pudo
Luz allí descubrirse cual quisimos,
Que el negro es con nosotros casi mudo.
¡Oh Rey! Ve aquí por cuáles tierras fuimos,
Sin salir nunca de aquel pueblo rudo,
Sin nunca hallar noticias ni señales,
De las buscadas tierras orientales.
LXX.
«Imagínate ahora ¡cuán cuitados
Andaríamos todos, cuán perdidos,
Por hambres, por tormentas quebrantados,
Por chinas y por mares no sabidos:
De esperar realidades tan cansados,
Cuanto a desesperar ya compelidos:
Por cielo innatural, de leyes varias,
A nuestra propia especie tan contrarias!»
