OS LUSÍADAS Luís de Camoés (Canto Décimo LXVI a LXX)
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LXVI.
«Así, limpia la India de enemigos,
Gobernarla ya en paz tiene por gala
Sin que halle la traicion campo, ni abrigos,
Que todos tiemblan del que nadie iguala.
Solo probar los ásperos castigos
Quiso Baticalá que vió Badála:
Mas fue por fierro y fuego destruida,
Y de sangre y de muertos quedó henchida.
LXVII.
«Esto Martiño hará, que del gran Marte
Con razon lleva el nombre derivado,
Tanto en armas ilustre en cualquier parte,
Cuanto sabio en consejos y acordado:
Castro, que le sucede, el estandarte
Portugués tendrá siempre levantado:
Uno le yergue otro le guarda erguido:
Propio es del sucesor el sucedido.
LXVIII.
«Persas, Abásis, Rumos, con sus lumbres,
Pues del Romano imperio el nombre tienen,
Varios de aspectos, varios en costumbres
(Que mil pueblos al cerco horribles vienen),
Lanzan á tierra y cielo sus quejumbres
Porque unos pocos sus comarcas llenen;
Y en sangre Lusa juran descreidos
Empapar sus bigotes retorcidos.
LXXIX.
«A horrendos basiliscos y leones,
Trabucos fieros, minas encubiertas
Resisten Mascareña y sus varones,
Que sus muertes sin miedo ven ya ciertas:
Hasta que, de tan duras opresiones,
Castro, libertador, abre las puertas;
Y que allí por su Dios se sacrifican
Las vidas de sus hijos testifican.
LXX.
«Fernando el uno, ramo de gran planta,
Allá dó el fuego horrible concentrado
Los muros en pedazos mil levanta,
Será á los cielos súbito elevado.
Álvaro, cuando Enero al hombre espanta,
Y el camino del mar tiene cortado,
Le abre, y rompe las ondas, y el castigo
Del viento vence, y luego al enemigo.