Moisés: El Líder y Educador Sobrenatural
Por largo tiempo, Moisés fue un pastor del desierto. Externamente, era un hombre que había sido criado en el seno de una familia tiránica, un hombre al que se le conocía también por haber cometido un homicidio y por haberse convertido en un pastor de ovejas. Por ello, el gobierno y el pueblo del Faraón le odiaban y detestaban.
Fue un hombre tal quien liberó a una gran nación de las cadenas del cautiverio, quien les llenó de satisfacción, quien les sacó de Egipto y les condujo a la Tierra Santa. De las profundidades de la degradación, la nación judía fue elevada a las alturas de gloria. El más ignorante de los pueblos llegó a ser el más sabio. Merced a las instituciones que Moisés les confirió, los judíos alcanzaron una posición que habría de reportarles fama y honor entre todos los países y naciones. Tan es así que, cuando se quería alabar a un hombre entre las naciones vecinas, solía decirse: "seguro que es un israelí". Moisés estableció la ley de la religión y los mandamientos que habían de dar vida al pueblo de Israel, alzándole a las más elevadas cimas de civilización de la época.
Los judíos lograron un desarrollo tal que los filósofos de Grecia acudían a los sabios de Israel en busca de conocimientos. Entre ellos, Sócrates, quien visitó Siria y se llevó de los hijos de Israel las enseñanzas relativas a la inmortalidad de Dios y la inmortalidad del alma. A su regreso a Grecia, dio a conocer aquellas enseñanzas. Más tarde, el pueblo de Grecia se alzó contra él, le acusó de impiedad, le denunció ante el Areópago y le condenaron a morir por envenenamiento.
¿Cómo pudo un hombre tartamudo, educado en la casa del faraón, tenido por homicida, quien por temor a represalias permaneció fugitivo durante largo tiempo y llegó a convertirse en pastor de ovejas, establecer una Causa tan grande? ¡Los filósofos de la Tierra no han mostrado ni la milésima parte de esa influencia! Una cosa así resulta prodigiosa.
¡Un hombre de lengua balbuciente, que ni siquiera sabía conversar correctamente, triunfó en la defensa de una Causa tan magnífica! Jamás hubiese sido capaz de llevar adelante tan gran empresa de no haber contado con el auxilio del poder divino. Estos son hechos innegables. Los filósofos materialistas, los pensadores griegos, los grandes hombres de Roma, alcanzaron la fama tras especializarse en una sola rama del conocimiento. Así es como Galeno e Hipócrates llegaron a ser célebres en medicina, Aristóteles en lógica y razonamiento, Platón en ética y teología. ¿Cómo pudo un pastor adquirir todos estos conocimientos? Sin duda, debió de contar con el auxilio de un poder omnipotente.
Piensa en las dificultades y pruebas que se le plantearon a la gente: para frustrar una crueldad, Moisés dio muerte a un egipcio, lo que le valió su fama de homicida, especialmente justificada por el hecho de pertenecer la víctima a la clase gobernante. Moisés se dio a la fuga y más tarde fue investido con el rango de profeta. No obstante su mala reputación, ¡cuán maravillosamente le guió un poder sobrenatural a establecer instituciones y leyes tan espléndidas!