Maskné: ¿Cómo evitar los problemas de acné por el uso de las mascarillas?
Las mascarillas son un elemento de protección necesario, pero a veces, sobre todo si las utilizamos muchas horas al día, el roce, la humedad, el sudor, los aceites de la piel, las bacterias y las secreciones de saliva o mucosidad que se quedan atrapadas entre la mascarilla y la piel pueden provocar irritación, acné, sequedad y otros problemas cutáneos. A este tipo de alergia a la mascarilla se le ha denominado maskné y, aunque ya era un problema conocido entre los profesionales sanitarios que las utilizan de forma frecuente, el uso general de la mascarilla ha supuesto un aumento del problema entre la población.
¿Cómo prevenir el maskné?
Limpiar bien la piel por la mañana y por la noche
Los profesionales de la piel recomiendan mantener una buena rutina de limpieza y cuidado. Utiliza agua tibia, un limpiador suave, sin fragancias y un tónico calmante adaptado siempre a tu tipo de piel. Por ejemplo, si tienes la piel con tendencia grasa, se recomiendan productos limpiadores o mascarillas con ácido salicílico (con suave efecto exfoliante).
Limpiar el rostro tras el uso prolongado de la mascarilla también es importante porque alivia, refresca y elimina las impurezas acumuladas.
Mantener una buena hidratación de la piel
Utiliza productos que sean fluidos y de textura ligera. Además de la hidratación diaria, también es importante hacerlo antes de utilizar la mascarilla, sobre todo en las zonas donde ésta roza la piel. Es recomendable esperar al menos 30 minutos para que el producto se absorba por completo. Y no debemos olvidar aplicar estos productos también tras la limpieza que se realiza después de usar la mascarilla.
Utilizar activos purificantes y bacterianos
Ayudan a mantener la piel libre de toxinas. El aloe vera (calmante e hidratante), la árnica montana, la caléndula o la avena cuentan con propiedades antiinflamatorias y antisépticas que ayudan a aliviar eczemas, dermatitis o irritación.
La limpieza facial es fundamental para eliminar las toxinas que se quedan atrapadas entre la mascarilla y la piel.
Reduce en lo posible el uso de maquillaje en la zona tapada por la mascarilla
El maquillaje es un elemento que incrementa el problema de acné y de alergia a la mascarilla, ya que puede obstruir los poros y dificultar la oxigenación de la piel. Es recomendable reducir su uso en esa zona cubierta o evitarlo por completo cuando el maskné ya ha hecho acto de presencia, ya que sólo conseguiremos agravarlo. Cuando el problema ha aparecido, es mejor esperar a que la piel se recupere.
Otra recomendación es aplicar el maquillaje al menos 30 minutos antes de ponernos la mascarilla, para que se absorba completamente antes de tapar la zona.
Utiliza la mascarilla adecuada
Ante la variedad de formas y materiales de las mascarillas, es mejor optar por aquellas que nos causen la menor fricción posible en la zona de la boca, que tenga el tamaño adecuado a nuestro rostro y que sea lo más cómoda posible para evitar tocarla y recolocarla constantemente, ya que los dedos pueden portar gérmenes a la mascarilla. Si la mascarilla es de tela, mejor que sea de algodón para facilitar la transpiración.
Es recomendable, siempre que sea posible, dar un respiro a la piel cada 2 horas. Las mascarillas de tela se deben lavar tras cada uso, preferentemente con agua a 60ºC usando detergentes hipoalergénicos y sin aromas. O renovarla en el periodo adecuado si son desechables, ya que, además de disminuir la protección frente al virus, se agravan los problemas cutáneos ante la acumulación de bacterias.
No olvidar la zona de los labios
Los labios tienen facilidad para resecarse y agrietarse y también pueden verse afectados por el uso de la mascarilla, por lo que no debemos olvidar hidratarlos.
Cuando aparece o se agrava la rosácea
Los problemas de estrés, combinados con el uso de la mascarilla pueden hacer que aparezcan o se agraven los problemas de rosácea, una patología cutánea que se manifiesta por la aparición de rojeces permanentes, capilares rojos en la zona de la nariz, mejillas, frente y alrededor de la boca y con brotes parecidos al acné. La irritación y la intolerancia de la piel son claramente manifiestas, por lo que debemos aplicar los cuidados de limpieza de forma más rigurosa, con productos suaves, fluidos e hipoalergénicos. Son adecuadas las aguas termales y otros activos como el glicerol y la niacinamida. Debemos evitar el uso del maquillaje y de los agentes que pueden ser irritantes, como los derivados de la vitamina A o el ácido acetilsalicílico, y es recomendable cuidar la alimentación.
