Los documentos de la alianza entre la Alemania nazi y la URSS
El pacto Ribbentrop-Molotov entre la URSS y Alemania
El concepto de «archienemigos» se podría ejemplificar nombrando a Alemania y la URSS durante la Segunda Guerra Mundial. Estos dos países se enfrentaron sin piedad durante el conflicto armado más grande de todos los tiempos, lo que acabó con millones de vidas. Pero estos dos enemigos no siempre lo fueron, o al menos los mutuos intereses por el territorio europeo les obligaron a no ser “tan enemigos”. El 23 de agosto de 1939, nueve días antes de que comenzara la guerra, firmaron un tratado de no agresión, el pacto Ribbentrop-Molotov. Puede parecer una ficción, pero es la realidad.
De la no agresión a la invasión
Para entender cómo se pasó tan rápidamente de un pacto de no agresión a la Operación Barbarroja de los nazis para conquistar a la URSS, hay que ahondar en la parte secreta del acuerdo. Y para ello, nada mejor que leer primero las cláusulas “públicas” y después las secretas, que se mantuvieron así hasta el final del conflicto.
El Gobierno del Reich Alemán y el Gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas:
Deseosos de fortalecer la causa de la paz entre Alemania y la URSS, y procediendo con las previsiones fundamentales del Acuerdo de Neutralidad firmado en abril de 1926 entre Alemania y la URSS, han llegado al siguiente acuerdo:
Artículo I
Ambas Altas Partes Contratantes se obligan a desistir de cualquier acto de violencia, cualquier acción agresiva y cualquier ataque a la otra parte, ya sea individual o en conjunto con otras potencias.
Artículo II
Si cualquiera de las partes fuera objeto de una acción beligerante por una tercera potencia, la otra Alta Parte Contratante de ninguna manera deberá dar apoyo a esa tercera potencia.
Artículo III
Los Gobiernos de las dos Altas Partes Contratantes deberán mantener en el futuro contacto continuo, con el propósito de intercambiar información sobre problemas que afecten a los intereses comunes a ambas partes.
Artículo IV
Ninguna de las dos Altas Partes Contratantes deberá participar en agrupaciones de potencias que de alguna forma estén dirigidas directa o indirectamente contra la otra parte.
Artículo V
En caso de surgir algún conflicto entre las Altas Partes Contratantes sobre problemas de cualquier tipo, ambas partes deberán resolver las disputas o conflictos exclusivamente a través de intercambios amistosos de opinión o, si fuera necesario, por medio del establecimiento de comisiones de arbitraje.
Artículo VI
El presente tratado concluirá en un período de diez años, con la previsión que, en cuanto alguna de las Altas Partes Contratantes no lo denuncie un año antes a la expiración de ese período, la validez del tratado será extendida por otros cinco años.
Artículo VII
El presente tratado deberá ser ratificado dentro del más corto tiempo posible. Las ratificaciones serán intercambiadas en Berlín. El acuerdo entrará en vigor tan pronto como sea firmado.
Redactado en duplicado, en idiomas alemán y ruso.
Moscú, 23 de agosto de 1939.
Por el Gobierno del Reich Alemán:
Ribbentrop
Con amplios poderes del Gobierno de la URSS:
Molotov
Pero resultó que, en la sombra, este no era un simple tratado de no agresión, sino un acuerdo para repartirse Europa y no entrometerse en las “conquistas” del otro. Así lo demostraron los documentos que el ejército británico descubrió y publicó:
- En el caso de un reacondicionamiento territorial y político en las áreas pertenecientes a los Estados Bálticos (Finlandia, Estonia, Latvia, Lituania), la frontera norte de Lituania representará los límites de la esfera de influencia de Alemania y de la URSS. En relación con esto, el interés de Lituania en el área de Vilna es reconocido por cada parte.
- En el caso de un reacondicionamiento territorial y político en las áreas pertenecientes al Estado Polaco, las esferas de influencia de Alemania y la URSS serán limitadas por la línea de los ríos Narew, Vístula y San. La cuestión de que si ambas partes ven como conveniente el mantenimiento de un Estado polaco y cómo ese Estado deberá limitar de alguna forma, esa limitación puede solamente ser determinada en el curso de los próximos desarrollos políticos. En cualquier caso, ambos Gobiernos resolverán esa cuestión por medio de un acuerdo amistoso.
- En relación con el Sureste Europeo, la parte soviética llama la atención sobre su interés en Besarabia. La parte alemana declara su completo desinterés político en esas áreas. Este protocolo deberá ser tratado por ambas partes en estricto secreto.
Moscú, 23 de agosto de 1939.
Por el Gobierno del Reich Alemán:
V. Ribbentrop
Plenipotenciario del Gobierno de la U.R.S.S.:
V. Molotov
La Unión Soviética invadió Polonia 16 días después de hacerlo Alemania, respetando cada parte el acuerdo, no solo los puntos referentes a Polonia, sino también los relacionados con Finlandia, Estonia, Lituania y Letonia.
Durante el primer año de la guerra hubo grandes intercambios comerciales y, aunque las relaciones se fueron tensando, se mantuvo el pacto. Tanto es así que Stalin trató de entrar como cuarto miembro del Eje, manteniendo conversaciones con Alemania para tal fin, aunque finalmente no se llegó a un acuerdo completo. Fue durante estas negociaciones que la animadversión de Hitler por Stalin creció, ya que hablando con sus jefes militares declaró que el mandatario soviético «es un chantajista de sangre fría». Así mismo, pensaba que “una victoria alemana se ha vuelto insoportable para Rusia y Stalin debe ponerse de rodillas tan pronto como sea posible”. Por lo que, en una asamblea de guerra mantenida el 18 de diciembre de 1940, Hitler confirmó la necesidad de atacar a la URSS. La operación organizada para la invasión fue llamada Operación Barbarroja y comenzó el 22 de junio de 1941.
Tras la guerra
Como mencionamos anteriormente, los documentos que contenían las cláusulas secretas fueron descubiertos por los británicos entre los archivos alemanes al finalizar la guerra, pero la Unión Soviética negó su autenticidad durante años, 44 exactamente. Fue en 1989 cuando la Unión Soviética de Gorbachov y tras las manifestaciones ocurridas, admitió oficialmente la veracidad de los documentos.
Además, tuvieron que pasar otros 30 años para que, con motivo del 80 aniversario del Pacto Molotov-Ribbentrop, los documentos originales fueran publicados por el departamento histórico documental de Rusia.