Los amantes mariposa
Algunas de las leyendas existentes en China nos hablan de una visión más moderna de la tradición en la época en que se escribieron. Estas leyendas tratan sobre la búsqueda del amor verdadero por encima de las imposiciones familiares, así como del anhelo de conocimiento en una población que, por aquel entonces, no tenía permitido el acceso a la educación: las mujeres.
Según la leyenda, hubo en la antigüedad una joven de nombre Zhu Yingtai, quien tenía el profundo deseo de aprender y obtener conocimiento. Pero en ese tiempo, las mujeres no podían acceder a la educación más allá de lo que recibían en el hogar paterno, por lo que la inteligente muchacha decidió disfrazarse de hombre para poder cumplir su sueño.
Con el consentimiento de su progenitor, la joven pudo iniciar sus estudios. Durante su formación, conoció a otro joven, Liang Shanbo, con quien compartiría habitación durante años y forjaría una amistad cada vez más profunda. Zhu Yingtai terminó enamorándose de él.
Sin embargo, un día Zhu Yingtai recibió la noticia de que su padre había enfermado y que debía regresar a casa. La joven entregó a una de sus formadoras un abanico, con el propósito de que, llegado el momento, se lo entregara a Liang Shanbo y le contara que deseaba casarse con él.
Después de esto, la joven se dispuso a volver a casa, y Liang Shanbo la acompañó. Zhu Yingtai intentó por el camino hacerle ver quién era realmente, pero no tuvo éxito. Desesperada, la joven intentó convencerlo de que se casara con una supuesta hermana gemela. El joven terminó aceptando conocer a esta supuesta hermana más adelante, y tras haber acompañado un trecho a Zhu Yingtai, se separó de ella para volver a sus estudios.
Al llegar a su hogar, la joven vio que su padre se había recuperado, pero también recibió una mala noticia: su padre había concertado un matrimonio para ella. Tiempo después, Liang Shanbo recibió el abanico y dedujo quién era Zhu Yingtai, así que acudió rápidamente a visitar a su familia. Sin embargo, la joven le contó lo sucedido. Ambos lloraron y se juraron amor eterno, ante lo cual el padre de Zhu Yingtai terminó por echar al joven. Liang Shanbo regresó a su hogar, y poco tiempo después enfermó y murió.
Cuando llegó la fecha de la boda concertada, Zhu Yingtai tuvo que prepararse. Mientras la llevaban en palanquín al lugar donde se oficiaría la ceremonia, la comitiva encontró una tumba con el nombre de Liang Shanbo. La mujer se acercó y lloró por su amor perdido, pero de pronto la tumba se abrió y apareció una gran tormenta. Zhu Yingtai sonrió y se lanzó al interior de la fosa.
Cuando lo hizo, la repentina tormenta amainó, y los miembros de la comitiva nupcial pudieron ver cómo de la tumba surgían dos hermosas mariposas, que llevaban las almas de Zhu Yingtai y Liang Shanbo, volando juntas para siempre jamás.