La leyenda de Mariurrika
Una leyenda que nos narra la importancia de la familia y de protegerla por encima de consideraciones materiales, nos ofrece una crítica a la codicia y a la vez se vincula a la geografía del País Vasco es la de la leyenda de Mariurrika, la cual reza lo siguiente.
Existió en una ocasión un rey de Navarra, el cual se comprometió a dar a su hija Doña Urraca en matrimonio con el hombre que consiguiera derrotar a uno de sus súbditos. A este desafío respondería Pedro Ruiz, señor de la casa de Muntsaratz de Abadiano, el cual logró salir victorioso y conseguir la mano de la princesa. Con el paso del tiempo, el matrimonio tuvo dos hijos: Ibon y Mariurrika.
Mariurrika era la más pequeña, a la par que odiaba a su hermano mayor, el cual era el primogénito y futuro heredero. Sin embargo, con el fin de hacerse con la herencia, la muchacha planificó junto a una criada acabar con la vida de su hermano: decidieron hacer una excursión junto con él al monte Amboto. Allí lo emborracharon, para una vez en estado de embriaguez y dormido, empujarle con el fin de que se despeñara, cayendo y muriendo en el acto. Muerto Ibon, Mariurrika volvió al hogar fingiendo que la muerte de su hermano había sido un accidente.
Aunque se envió a un grupo para recuperar el cadáver, este nunca fue encontrado. Sin embargo, al llegar la noche, Mariurrika empezó a tener fuertes remordimientos de conciencia y, una vez dormida, tuvo pesadillas en que su hermano muerto se le acercaba y señalaba, acusándola de su muerte. Al despertar, la joven se vio rodeada por un grupo de genios malignos conocidos como ximelgorris (espíritus maléficos), que habían acudido a buscarla. Mariurrika desapareció esa misma noche para no volver, existiendo rumores de que habita en el monte en que mató a su hermano o que fue arrojada a la sima de los espíritus perdidos.