La Vida Perdida y el Medio Ambiente
Relación entre Medio Ambiente, Sociedad y Salud
Desde que el ser humano comenzó a interactuar con su entorno para satisfacer sus necesidades básicas, ha desencadenado un proceso de transformaciones que ha impulsado el desarrollo de la humanidad. Las actividades humanas han influido profundamente en el planeta, introduciendo cambios que, voluntaria o involuntariamente, no siempre han resultado beneficiosos o justificados.
A lo largo de la evolución, desde el ser humano primitivo hasta la actualidad, hemos enfrentado innumerables desafíos para sobrevivir en el planeta: el hambre, las temperaturas extremas y otros factores ambientales obligaron a nuestros antepasados a buscar nuevas formas de adaptación. Con el desarrollo de las fuerzas productivas, también se produjo la evolución de la sociedad, que ha sido asumida de manera diversa por distintos grupos humanos en función de sus patrones de comportamiento, valores y visión del mundo, es decir, su cultura.
Cuando las poblaciones eran pequeñas y la tecnología modesta, el impacto ambiental era principalmente local. Sin embargo, al aumentar la población y desarrollar una tecnología más avanzada, surgieron problemas ambientales más generalizados. Este crecimiento impulsó el uso y explotación de combustibles fósiles y promovió la explotación intensiva de los recursos naturales del planeta, lo cual ha generado un deterioro significativo en la calidad del medio ambiente y en su capacidad para sostener la vida.
La interacción humana con los elementos abióticos (energía solar, suelo, agua y aire) y bióticos (organismos vivos) que lo rodean puede resultar en efectos negativos que muchas veces generan consecuencias irreversibles. Cuando esto sucede, nos enfrentamos a un problema ecológico o ambiental.
