La Leyenda del Charro Negro
La leyenda del Charro Negro es una de las más extendidas de México, y también de las que más variantes poseen.
Tienen como denominador común la figura fantasmal de un hombre alto, delgado y vestido de charro negro, montado sobre un caballo también negro. Sin embargo, sea cual sea la variante de la historia que escuchemos, lo más probable es que tenga que ver con una bolsa de monedas, lo que podría ser una advertencia contra la avaricia. En estos relatos, el desgraciado que acepta las monedas, queda irremisiblemente condenado.
Variantes de la leyenda del Charro Negro
Esta leyenda se extiende a varios estados de la República de México; Veracruz, Hidalgo, Puebla o Tlaxcala son solo algunos ejemplos, presentando diferencias en la narración, pero siempre con el mismo nexo común de advertencia.
La bolsa de monedas
Una de las variantes de la leyenda nos cuenta que, si el Charro Negro se nos aparece y ofrece una bolsa con monedas, no debemos aceptarla, ya que pasaríamos a tomar su lugar, condenados a vagar hasta que otro pobre desgraciado acepte nuestras monedas (aunque también hay versiones en que el castigo es nada menos que la muerte).
El cobrador de deudas
También nos encontramos con el Charro Negro como cobrador de deudas, concretamente en Pachuca, donde esta figura fantasmal se aparecía para cobrar un hijo como pago a cambio de la ayuda sobrenatural para salir de la miseria. Se cuenta que, quienes aceptaban este trato, estaban obligados a criar una enorme serpiente capaz de hablarnos en sueños, y que exigía a sus beneficiarios dicho pago de hijos.
Una versión moderna
Una variante más moderna del Charro Negro la encontramos en las leyendas urbanas de Puebla, donde algunos taxistas afirman que un misterioso viajero se sube a sus coches, para desaparecer en mitad del trayecto sin siquiera abrir la puerta, en medio de una terrible carcajada. Por suerte, en esta versión, no hay oferta ni trato, sino simplemente un susto considerable.
El castigo por la avaricia
Sea como fuere, las diferentes versiones de la leyenda del Charro Negro convergen en la idea del castigo por la avaricia o la codicia, haciéndonos (de una u otra forma) la eterna pregunta de ¿qué estarías dispuesto a sacrificar por dinero?