La Fiesta del Charco en La Aldea
Cada año se celebra en La Aldea, en la isla de Gran Canaria, una curiosa celebración en torno a los charcos formados en la costa, que proviene de una antigua técnica para pescar llamada «embarbascar». Esta técnica consistía en aturdir a los peces que quedaban atrapados en los charcos de La Aldea de San Nicolás mediante la sabia de los cardones y las tabaibas, y era practicada por los aborígenes de Gran Canaria mucho antes de la conquista de Canarias.
Este fenómeno es posible gracias a la fuerza del mar durante los últimos días de agosto y los primeros de septiembre, cuando las aguas suben más de lo normal en un proceso llamado Marciega, formando grandes charcos de agua salada en la desembocadura del barranco de La Aldea, charcos en los que los peces quedan atrapados temporalmente. Para evitar que pudieran escapar, los aborígenes utilizaban el veneno narcotizante del cardonal y la tabaiba para atrapar a estos peces con mayor facilidad.
Aunque cada vez se practica en un tono más lúdico, lo cierto es que la Fiesta del Charco es una de las pocas tradiciones aborígenes que ha llegado hasta nuestros días. Esta fiesta se celebra el 11 de septiembre, en el marco de las fiestas de la Bajada de la Rama y San Nicolás de Tolentino. Curiosamente, en el siglo XIX, un obispo obligó a los participantes en la fiesta a realizarla vestidos, bajo pena de ser multados por indecencia, razón por la cual muchos de los asistentes hoy en día se visten con ropas de corte antiguo.