La Conquista de Lanzarote
Ya en tiempos de la antigüedad, la isla de Lanzarote era conocida, aunque de manera algo vaga. Se cree que los fenicios pudieron llegar hasta estas costas en busca de la «orchilla», un liquen de color rojizo que se da en ella, y también hay teorías de que los romanos estaban al tanto de la existencia de las Canarias, gracias a los relatos de Plinio el Viejo.
Los Primeros Contactos
A principios del siglo XIV, alrededor del año 1312, el genovés Lanceloto Malocello llegó a Lanzarote, renombrándola en su propio honor. Desde entonces, la isla comenzó a aparecer en los mapas, el primero de ellos realizado en 1339. Durante casi medio siglo después, se sucedieron una serie de expediciones a la isla en busca de materias primas y, sobre todo, de esclavos, lo que provocó un lógico declive de la población lanzaroteña.
La Historia de Ico
Cuando en 1337, Ruiz de Avendaño naufraga en las proximidades de Lanzarote, es invitado por el rey aborigen Zonzamas, con cuya esposa tendría una hija, la Princesa Ico. Ico sería despojada de su derecho al trono debido a su piel blanca y pelo rubio, aunque consiguió restablecer su estatus y dar a luz al último de los reyes de Lanzarote, Guadarfía.
La Conquista Definitiva
El momento de la conquista definitiva llegó en 1402 con una expedición de mercenarios bajo el mando de Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle, quienes servían a la Corona de Castilla. A su llegada, las tropas se asentaron en la Costa del Rubicón, situada al sur de Lanzarote, la cual estaba cubierta de una espesa maleza. Es Gadifer de La Salle quien se queda en la isla, mientras que Bethencourt parte a la conquista de Fuerteventura.
La Cede de la Isla
Después de fracasar en la conquista de Fuerteventura, Bethencourt regresa a Lanzarote, donde La Salle ha conseguido reprimir los intentos de los aborígenes por expulsar a los conquistadores. Curiosamente, Lanzarote no ofrecía gran cosa a los intereses comerciales de los españoles, por lo que Bethencourt cede el señorío de la isla (concedido por los Reyes Católicos) a Maciot de Bethencourt.
El Fin de la Esclavitud
Tiempo después, los Reyes Católicos prohibieron que se tomara a los habitantes de la isla como esclavos.