Frenar la Conducta Agresiva en los Niños
Muchos niños en edad preescolar reaccionan de manera agresiva con otros niños cuando no consiguen lo que desean. Estas reacciones incluyen golpes, mordiscos, empujones y arañazos, entre otros, y pueden ocurrir en casa con los hermanos, con los compañeros en el colegio y en cualquier situación con otros niños. Sin duda, se trata de una conducta preocupante. Entonces, ¿qué se puede hacer para frenar esta actitud agresiva?
En primer lugar, es importante entender que esta actitud, que puede resultar agotadora y desesperante para padres y educadores, es bastante común y no tiene nada de rara ni patológica. La conducta agresiva en los niños es el resultado de la combinación de las limitadas habilidades de lenguaje del niño, lo que le impide expresar lo que realmente quiere, la impulsividad derivada de su inmadurez, su visión egocéntrica del mundo y su necesidad de expresar independencia.
Por otro lado, no todos los niños son igual de impulsivos ni agresivos. En cualquier caso, tanto para frenar como para prevenir este comportamiento, lo primero que hay que hacer es fomentar un ambiente pacífico. En el caso de los niños agresivos, es fundamental que este ambiente tranquilo se mantenga antes, durante y después de la reacción agresiva. Para muchos padres, esto es lo más difícil, pero es la clave para resolverlo.
¿Qué hacer para frenar la conducta agresiva?
Prestar Atención y Actuar Rápidamente
Como algunos niños están predispuestos a actuar agresivamente en ciertas situaciones, es necesario estar alerta para actuar de inmediato. Es importante evitar la tentación de gritar al niño. En su lugar, el adulto debe tratar de anticiparse a la situación siempre que sea posible. Esto se puede lograr retirando el objeto causante de la discordia o apartando al niño de la actividad durante unos minutos.
Si el niño sigue comportándose de manera agresiva, se debe proceder de igual manera durante un periodo más largo, y así sucesivamente. Este proceso puede ser agotador, y mantener la calma puede ser difícil, pero es fundamental mantenerse firme. El niño acabará entendiendo, aunque esto pueda tomar toda una tarde o incluso varios días o semanas.
Alabar el Buen Comportamiento
Los niños que tienden a comportarse de manera agresiva están acostumbrados a recibir reprobaciones. Elogiarlo cuando se porta bien es una excelente manera de enseñarle la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal. Los niños disfrutan de los elogios, especialmente cuando van acompañados de caricias y abrazos.
Es importante resaltar un aspecto crucial: si no quieres que tu hijo se convierta en un tirano o manipulador, no le recompenses con algo material. No pasará mucho tiempo antes de que aprenda que, si se porta mal, podrá conseguir lo que quiere.
Buscar la Raíz del Problema
En muchos niños, el comportamiento agresivo es una manifestación de otro problema subyacente. Puede ser causado por un conflicto con algún miembro de la familia o un problema en el colegio. También puede deberse a una reacción al estrés derivado de un problema familiar o incluso por lo que ve en la televisión. Esto es especialmente relevante cuando la actitud agresiva surge de manera repentina y no encaja con el comportamiento habitual del niño.
Identificar la causa raíz de la agresividad es esencial para poder abordarla de manera efectiva y ayudar al niño a superar el problema. Abordar estos factores con el apoyo adecuado puede ayudar a reducir los episodios de agresividad y mejorar la interacción del niño con su entorno.