Expulsión de los musulmanes y llegada del cristianismo
Las luchas entre reyes castellanos y el pueblo musulmán comenzaron a tener su punto álgido en el siglo XIII y culminaron con el asedio de las tropas castellanas a los musulmanes en la Alhambra de Granada. El asedio culminó, como hemos mencionado, en 1492, cuando los Reyes Católicos tomaron definitivamente la fortaleza y anexionaron Andalucía al Reino de Castilla.
Hasta finales del siglo XV, las poblaciones prósperas de judíos y musulmanes, que constituían casi el 10% de la población, practicaban su religión abierta y orgullosamente. Sin embargo, tras el asedio católico, España llevó a cabo una dura conversión, iniciada por los Reyes Isabel y Fernando. Esta conversión no parecía suficiente y fue Felipe III quien no dudó en expulsar a 300,000 descendientes de la población musulmana de España que se habían convertido al cristianismo, los «moriscos», a principios del siglo XVII. El costo humano fue espantoso, pero se pensaba que España finalmente era pura.