Enseñar a los Niños a Dominar la Ira
Aunque pueda parecer increíble debido a su edad y tamaño, algunos niños parecen estar cargados de una ira irrefrenable. Muchas veces, los adultos nos encontramos ante situaciones difíciles de entender y manejar, lo que puede generar frustración y confusión. Sin embargo, la buena noticia es que existen formas efectivas para lidiar con los niños cuando experimentan estos ataques de ira. La clave está en enseñar y practicar una serie de habilidades y estrategias para ayudarles a dominar su ira.
Ayudar al Niño a Entender sus Sentimientos
Los niños son más propensos a explotar en un ataque de ira cuando no entienden sus sentimientos o no saben cómo expresarlos. Un niño que no puede decir que está cansado o triste, ya sea porque no sabe cómo expresarlo o porque no sabe qué le sucede, puede sentirse frustrado y reaccionar con enojo.
Es esencial ayudar al niño a identificar y verbalizar estas sensaciones básicas. Como adultos, somos responsables de ayudarles a identificar y nombrar sus emociones. A medida que el niño se vuelve más capaz de comprender y describir sus emociones, podemos enseñarles palabras más sofisticadas para identificar sentimientos más complejos, como frustración, decepción, preocupación o soledad.
Ayudar al Niño a Reconocer su Ira
Otra estrategia importante es enseñar a los niños a reconocer cuándo se están empezando a enojar. Una herramienta útil para esto es un "termómetro de la ira", que permite al niño ver de forma visual su estado emocional. En este termómetro, el 1 representa calma y el 10 el máximo nivel de enfado. Esto facilita la conversación sobre cómo se sienten en diferentes puntos del termómetro y les permite identificar señales físicas de ira, como apretar los puños o los dientes.
Cuando los niños aprenden a reconocer estas señales de alerta, pueden tomar decisiones para calmarse antes de que su ira llegue al nivel 10.
Desarrollar un Plan de Ayuda para que el Niño se Calme
Es fundamental enseñar a los niños lo que deben hacer cuando comienzan a sentirse enojados. En lugar de recurrir a conductas destructivas, como golpear o romper cosas, debemos ofrecerles alternativas para calmarse. Una opción es proponer un "tiempo de espera" cuando el niño se sienta molesto. Este tiempo no debe verse como un castigo, sino como una estrategia para evitar que la ira estalle.
Al principio, puede ser útil acompañar al niño durante este tiempo de espera, usando un término que luego pueda identificar y aplicar por sí mismo. Durante este tiempo, el niño puede salir a un lugar tranquilo, sentarse o realizar actividades que lo ayuden a relajarse.
Enseñar que los Arrebatos de Ira No Son Eficaces
A veces, los niños piensan que los ataques de ira son una forma eficaz de conseguir lo que quieren. Si el niño se enfada y obtiene lo que desea, aprenderá que las rabietas funcionan. En estos casos, es importante no ceder a sus demandas y ayudarles a calmarse. Es esencial enseñarle cómo pedir lo que quiere de manera civilizada y explicar qué tipo de demandas son aceptables.
Evitar las Formas Violentas de Comportamiento
Si los niños ven formas violentas de comunicación a su alrededor, es natural que tiendan a imitar esos patrones. Es importante que, incluso si hay calma en su entorno, evitemos responder de manera violenta a sus reacciones. Además, debemos controlar los tipos de juegos que juegan (especialmente los videojuegos y aplicaciones móviles) y lo que ven en televisión. Los niños pueden aprender patrones de violencia a través de los medios, como los informativos, que a menudo muestran escenas violentas.
Conclusión
Enseñar a los niños a dominar la ira es fundamental para su desarrollo emocional y social. A través de estrategias efectivas y paciencia, podemos ayudarles a comprender y gestionar sus emociones, lo que les permitirá tener un mayor control sobre sus reacciones y mejorar sus relaciones con los demás.