El nombre secreto de Ra
Una de las características relevantes de la cultura egipcia era la gran importancia que se le daba al nombre, ya que, según las creencias de dicho pueblo, otorgaba un gran poder sobre la persona y permitía comprender el interior de ese ser. De hecho, al nacer una persona se le ponían hasta tres nombres, siendo solo uno de ellos compartido a nivel público. Una de las leyendas va dirigida precisamente a hablar sobre el nombre secreto de uno de los principales dioses egipcios: Ra.
Dice la leyenda que, en una ocasión en la que un anciano dios Ra comenzaba a perder poder y facultades, el resto de dioses empezó a ambicionar su poder. El dios tenía múltiples nombres, pero había uno que no era conocido por nadie y del cual extraía la mayor parte de su poder. La diosa Isis deseaba conocer dicho nombre, debido a que quería el trono y los dones de Ra para su futuro hijo Horus.
En su sabiduría, la diosa tramó un plan para lograr conocer dicho nombre, el nombre secreto y verdadero de la deidad. Comenzó a recoger los efluvios salivales de Ra y, al mezclarlos con tierra, la diosa dio origen a la primera de las cobras, para posteriormente lanzarla en el camino de su padre.
La cobra mordió y envenenó a Ra, ante lo cual Isis se ofreció a curarle a cambio de que le dijera cuál era su nombre verdadero y secreto (oculto hasta para los mismos dioses). El dios aceptó con la condición de que Isis jurara no revelarlo a nadie más que a Horus, algo a lo que accedió. Tras esto, hizo que el veneno saliera del dios y que este se recuperara. Ra compartió su nombre verdadero con ella y con su hijo, dándoles así un gran poder y el futuro trono de Egipto.