El Caso Cañitas, Jugando con la Ouija
El caso Cañitas ha sido uno de los misterios paranormales más conocidos, generando diversas opiniones y polémicas. Se trata de la historia de un grupo de amigos que pasan unos días en una casa en Cañitas, México, y deciden jugar a la Ouija. Lo que parecía una simple diversión pronto se convirtió en una experiencia aterradora, ya que los sucesos extraños comenzaron a intensificarse, y algunos de los participantes sufrieron desgracias.
La historia del caso es la siguiente:
Un grupo de jóvenes se hospedan durante unos días en casa de unos amigos. Para pasar el rato, deciden jugar a la Ouija. A partir de ese momento, empiezan a ocurrir sucesos extraños en la casa: puertas y ventanas que se abren y cierran solas, ruidos inexplicables, y voces misteriosas. Uno de los jóvenes, Manuel, comienza a hablar con una voz ronca y diferente a la suya. Muchas de sus palabras no tienen sentido, y llega a pronunciar algunas de tono soez.
Ante el miedo, deciden terminar la sesión de la Ouija para investigar qué le está pasando a Manuel. Sin embargo, el joven no recuerda en ningún momento lo que ocurrió durante la sesión. Solo afirma que no podía moverse ni hablar. Su rostro tenía una expresión rara y desfigurada, como si fuera otra persona.
Esa misma noche, la casa se llena de ruidos extraños que mantienen a todos despiertos. Finalmente, al amanecer, María, otra integrante del grupo, se levanta temprano para alimentar a su hijo, que no dejaba de llorar por hambre.
Al salir al pasillo para calentar el biberón en la cocina, se encuentra con algo que la deja sin palabras: una figura espectral que se le aproxima. Sus ojos no podían creer lo que veían. Era un ente flotante, que no tocaba el suelo, vestido con una especie de atuendo de monje. Sus dedos eran huesudos, con largas y sucias uñas.
María gritó con todas sus fuerzas, y su voz resonó por toda la casa, despertando a todos los demás. Cuando llegaron al lugar donde se encontraba, el ente había desaparecido. Los demás miembros del grupo no le dieron demasiada importancia al suceso, atribuyéndolo al nerviosismo del día anterior o a una mala pasada de la imaginación de María.