Breve paso por Maspalomas y por sus dunas
Al sur de la isla de Gran Canaria, y concretamente en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, está localizada la zona de dunas que da nombre también a sus playas. Las Dunas de Maspalomas, la franja costera llamada antiguamente “las Calmas de Maspalomas”, se extiende desde el Castillo del Romeral hasta el “Puntón” de Santa Aguada. Con el tiempo, el nombre se centró geográficamente en el extremo sur de la isla, apareciendo en diversos mapas los nombres de Playa de Maspalomas, Charco de Maspalomas, y Pueblo de Maspalomas.
El Pueblo de Juan Grande era llamado la “puerta del desierto” debido a la aridez del paisaje costero. Pero en medio de este terreno nos encontramos con las Dunas de Maspalomas y un oasis en el que destaca un charco de aguas salobres en el que resalta el palmeral. El Charco de Maspalomas es un oasis lleno de encanto y verdor dentro de la zona dunar de origen marino que lo rodea.
En la antigüedad, estas playas de Las Calmas de Maspalomas servían como puertos naturales y eran transitadas por barcos de todo tipo: desde barcos transportando madera hasta los que hacían la ruta a las Indias llevando a los aborígenes que habían poblado con anterioridad estas playas. Eso sí, llegó un momento en que el territorio se despobló al huir la población aborigen hacia las cumbres de la isla durante la conquista.
En la actualidad, la zona costera de Maspalomas es un centro de atracción turística de primer orden en donde se ofrece a los visitantes de todo el mundo toda clase de servicios, entre los que se encuentran restaurantes, instalaciones deportivas y un sinfín de motivos más que atraen el interés de nuestros huéspedes. Maspalomas se encuentra entre los destinos más demandados en la isla grancanaria (claro que la cercanía de las famosísimas dunas es un gran reclamo para el turismo).
Huéspedes que disfrutan al máximo de un clima siempre primaveral y de unas aguas límpidas y cristalinas, así como de unos paisajes difíciles de olvidar.