Así fueron los últimos días de Hitler
A finales de abril de 1945, la Segunda Guerra Mundial estaba llegando a su fin. El ejército alemán estaba totalmente colapsado, esparcido por numerosos frentes en Europa. El ejército rojo se estaba adentrando en Berlín sin descanso hacia el Reichstag, y la ciudad se había convertido en un montón de ruinas debido a los bombardeos aliados.
Desde comienzos de 1945, Hitler y otros líderes nazis se encerraron en un búnker ubicado a poca distancia de la Cancillería del Reich. Este se convirtió en el último cuartel general nazi antes del final de la guerra. Estos fueron los momentos más destacados de los últimos días de Hitler.
Viernes 27 de abril
Adolf Hitler ordenó al oficial de las SS Otto Günsche movilizar a 8,000 soldados para tratar de frenar al ejército rojo que se cernía sobre Berlín. Sin embargo, el oficial solo disponía de 2,000 efectivos y en malas condiciones. Cuando se lo comunicó al líder nazi, este montó en cólera, aduciendo que todos a su alrededor le engañaban.
Para entonces, los soviéticos estaban rebasando el cerco defensivo que suponía el metro de Berlín. El ejército alemán se hallaba en plena desventaja en la ciudad, ya que no disponía de opciones de refuerzo y se encontraba ante escasez de materiales.
Sábado 28 de abril
Según relató la piloto Hannah Reitsch, el día 28 la artillería rusa se hacía notar en las paredes del búnker, lo que les confirmaba que los soviéticos sabían dónde estaban. Georgi Zhúkov y sus efectivos se iban adentrando poco a poco hacia el Reichstag y por la tarde ya se hallaban a menos de 2 kilómetros.
Ese día, Hitler destituyó a Felix Steiner, general de las Waffen-SS, por no defender Berlín con efectividad. Rudolf Holste se haría cargo de la defensa de la ciudad. Además, recibió un informe de la BBC que provenía de la agencia Reuters, en el que se afirmaba que Himmler había ofrecido a los Aliados un acuerdo de rendición, siendo este rechazado. Al obtener esta información, el líder nazi montó en cólera. Ordenó la detención del representante de las SS de Himmler en el búnker, quien fue disparado.
Esa misma noche, el Führer reunió a sus colaboradores más cercanos y mantuvo una charla con ellos acerca de cómo pensaban suicidarse cuando el ejército rojo se acercase al búnker. Se hizo un reparto de cápsulas de cianuro, con las que algunos de ellos terminarían con su vida.
Domingo 29 de abril
En la madrugada del 29 de abril, Adolf Hitler y Eva Braun contrajeron matrimonio. Se reunieron en la sala de mapas del cuartel general, junto con Joseph Goebbels y Martin Bormann como testigos. Un oficial del registro civil ofició la ceremonia. Tras ella, recibieron felicitaciones e hicieron una celebración.
A la mañana siguiente, organizó un desayuno de bodas y, tras él, dictó su testamento, en el que lo más destacado fue la transmisión de poderes a Karl Dönitz y Joseph Goebbels como jefe de Estado y canciller, respectivamente, tras su muerte.
Por la noche, durante la cena, escucharon en la radio la noticia de la muerte de Mussolini y sus allegados, y cómo sus cadáveres habían sido expuestos tras su ejecución. Esta información podría haber sido determinante en la decisión de suicidarse, ya que Hitler no quería ser humillado, tal y como había expuesto en su testamento.
Hitler había sido asesorado para conseguir la muerte de la forma más eficaz y estaba dispuesto a utilizar las cápsulas de cianuro para tal fin. Aun así, dudando de la eficacia de estas, ordenó probarlas en Blondi, la perra del Führer, que murió tras la ingesta.
Lunes 30 de abril
Como cada día, Hitler mantuvo una reunión de guerra. Allí fue informado de que los soviéticos estaban cercando ya el Reichstag. Las SS habían inundado los túneles del metro, provocando numerosas bajas enemigas. El ejército rojo se estaba preparando para asaltar la cancillería.
El líder nazi entendió que era el momento de suicidarse. Él y Eva Braun reunieron a los colaboradores del cuartel general y se despidieron de ellos. Se metieron en el despacho.
Más tarde, algunos testigos afirman que escucharon un fuerte disparo y, tras un rato, su ayudante Günsche y el ayuda de cámara Linge decidieron entrar. Eran aproximadamente las 16:00 h y Hitler se hallaba sentado en el sofá. En su boca se veían restos de la ampolla de cianuro y en su sien derecha la marca de un disparo. Eva Braun, su esposa durante poco más de 40 horas, se encontraba a su lado, con la cabeza apoyada en el hombro de Hitler.