Abraham: El Educador y Fundador de una Fe Universal
Abraham fue un hombre dotado y asistido por un poder divino. Prueba de ello es que, habiendo nacido en Mesopotamia de una familia desconocedora de la Unicidad de Dios, se enfrentó a su propia nación y hasta a su propia familia al rechazar a todos sus dioses. Solo y sin respaldo, opuso resistencia a toda una tribu, tarea que no es sencilla. Sería como si hoy en día alguien se pusiera a negar a Cristo en medio de una nación cristiana aferrada a la Biblia, o como si tal persona, personándose en la corte pontificia, profiriese airadas blasfemias contra Cristo enfrentándose contra todo un pueblo.
Aquella gente no creía en un Dios único, sino en una pluralidad de dioses a los que atribuían milagros. Todos se alzaron contra Abraham. Nadie le socorrió, con la sola excepción de Lot, hijo de su hermano, y de una o dos personas sin influencia. Por último, reducido a la mayor de las miserias por la oposición de sus enemigos, se vio obligado a abandonar la tierra natal. A decir verdad, le desterraron con el propósito de aplastarlo y aniquilarlo, al punto de que no quedase vestigio alguno de Él.
Sin embargo, Abraham llegó a la Tierra Santa. Sus enemigos creían que el exilio acabaría arruinándole y destruyéndole, pues parecía imposible que un hombre, aunque fuera un rey, habiendo sido desterrado de su tierra natal, privado de sus derechos y acosado por todas partes, pudiera salvarse del exterminio. Mas Abraham permaneció firme, mostrando una constancia extraordinaria. Dios hizo de aquel destierro su gloria eterna, a tal punto que, por medio de Abraham, la Unidad de Dios quedó establecida en medio de una generación politeísta. El exilio se convirtió en la causa del progreso de los descendientes de Abraham; la Tierra Santa les fue otorgada. En consecuencia, las enseñanzas de Abraham se difundieron por doquier.
Entre su descendencia surgieron Jacob y José, quien llegaría a ser gobernante de Egipto. En virtud de aquel exilio, Moisés y un ser como Cristo se dieron a conocer entre sus vástagos. También ha de contarse a Agar, de quien nació Ismael, entre cuyos descendientes se encuentra Mahoma. En virtud de aquel exilio, apareció el Báb, del linaje de Mahoma, y los Profetas de Israel, descendientes de Abraham. Y así será por siempre jamás. En virtud de aquel exilio, Europa entera y la mayor parte de Asia hallaron cobijo bajo la sombra protectora del Dios de Israel. Observa cuán grande es el poder que permitió que un hombre, fugitivo de su país, fundase una familia semejante, estableciese tal fe y difundiera tales enseñanzas. ¿Puede alguien decir que todo esto ocurrió accidentalmente? Debemos ser justos: ¿fue o no fue Abraham un Educador?
Siendo así que el exilio de Abraham desde Ur a Alepo de Siria reportó semejantes frutos, conviene reflexionar sobre cuál será el efecto de los exilios sucesivos de Bahá'u'lláh desde Teherán a Tierra Santa, pasando por Bagdad, Constantinopla y Rumelia.
¡Comprueba pues cuán perfecto Educador fue Abraham!