¿Qué es un golpe de calor y cómo se puede prevenir?
El golpe de calor es un aumento de la temperatura corporal generado como consecuencia de una exposición prolongada al sol a altas temperaturas o por la realización de un esfuerzo físico al sol. Aparece cuando la temperatura corporal se eleva por encima de los 40 grados, siendo un cuadro médico grave que puede poner en peligro la vida del paciente.
El golpe de calor se produce por una deshidratación extrema que provoca que el organismo sea incapaz de regular su propia temperatura corporal. Requiere de atención médica inmediata, para evitar que se produzcan daños en órganos vitales como el cerebro, el corazón, el hígado o el riñón. Los golpes de calor pueden ocasionar alteraciones neurológicas e incluso provocar la muerte si no se toman medidas.
Población en Riesgo y Síntomas
La población más susceptible de padecer un golpe de calor son los niños y los adultos mayores de 65 años. Asimismo, también los deportistas padecen las consecuencias de esta afección, siendo la segunda causa de muerte en este colectivo.
Cuando se produce un golpe de calor el afectado no suda, pero se encuentra mal. Los principales síntomas son:
- Temperatura corporal en torno o superior a los 40 grados.
- Calambres o contracturas musculares.
- Sed intensa y sequedad en la boca.
- Piel está seca, caliente o enrojecida.
- Dolor de cabeza, mareos, agotamiento, náuseas y vómitos.
- Alteración de la consciencia o desorientación. En ocasiones se produce pérdida de la consciencia, desmayo o incluso el paciente puede entrar en coma.
Si el golpe de calor se ha producido por hacer ejercicio de manera vigorosa, los síntomas suelen ser:
- Piel húmeda y respiración agitada.
- Taquicardia. El pulso se incrementa hasta 130 latidos por minuto, porque el corazón intenta aumentar su funcionamiento para refrescar el cuerpo.
Cómo Actuar Ante un Golpe de Calor
Cuando se produce un golpe de calor es importante llamar a los servicios de emergencia de manera inmediata. Mientras llegan, se debe trasladar al afectado a una zona ventilada, que esté en sombra. Allí hay que quitarle la ropa manteniendo libres las vías respiratorias, tumbarle con los pies en alto, mojarle el cuerpo y abanicarle.
Las zonas que deben refrescarse principalmente son: ingles, axilas, nuca, frente y pecho. No obstante, se le puede meter en una bañera con agua fresca. El objetivo es conseguir que la temperatura corporal baje hasta los 38 grados.
En el caso de que el paciente esté consciente, hay que darle agua para que se hidrate y evitar administrar medicación antitérmica, ya que en estos casos no sirve para bajar la temperatura. Es importante no dejar nunca solo al paciente hasta que llegue la asistencia sanitaria. Una buena opción es realizar un masaje que permita aumentar el flujo de la sangre enfriada. Se trata de una técnica sencilla en la que se moja al paciente y se le enfría todo el cuerpo.
Cómo Prevenir un Golpe de Calor
Son muchas las medidas que se pueden tomar para prevenir un golpe de calor y sus indeseables efectos. Las principales son:
- No realizar comidas copiosas e hidratarse constantemente, aunque no se tenga sensación de tener sed.
- Protegerse del sol con una gorra, sombrero o pañuelo.
- Usar gafas con absorción de rayos ultravioleta.
- Ponerse cremas con filtros solares altos.
- Utilizar ropa cómoda, ligera y de colores claros.
- Llevar una botella de agua mineral siempre encima, para que no se olvide beber agua. Los niños y mayores pueden deshidratarse, aunque estén en la sombra, por lo que hay que obligarles a beber agua. Cuando el cuerpo avisa de que tiene sed, está alertando de que el cuerpo está deshidratado.
- No trabajar sin camisa bajo el sol, ya que la ropa retiene la humedad y protege de los efectos perjudiciales de la radiación solar.
- Evitar realizar deporte en horas de sol y calor, sobre todo entre las 12 de la mañana y las 5 de la tarde. Tampoco se debe pasear de manera prolongada en esta franja del día.
